Programas de tratamiento y Rehabilitación neuropsicológica

Programa de tratamiento y rehabilitación neuro psicológica

 

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Atención e intervención temprana en epilepsia

En los primeros años de vida de un niño con epilepsia es de gran importancia hacer un seguimiento del desarrollo, para lo cual existen centros de atención temprana. Estos centros están especializados en el desarrollo infantil en edades comprendidas de 0 a 6 años, conformados por equipos multidisciplinares de profesionales, psicólogos, neuropsicólogo, logopedas, fisioterapeutas, etc.

Intervención individualizada y multidisciplinar

El tratamiento neuropsicológico en epilepsia, como en cualquier enfermedad, debe ser individualizado y adaptado a las necesidades, estado cognitivo, historia médica y demás aspectos relevantes en la elección de un tratamiento adecuado. Es decir, partiendo del establecimiento de unos objetivos específicos a alcanzar en un paciente en particular y desarrollando un programa de intervención acorde a esos objetivos.

El tratamiento neuropsicológico se debe encuadrar siempre dentro de una intervención multidisciplinar, siendo lo que ha mostrado mayor eficacia, en el que participan profesionales de distintos ámbitos, como neurólogos, pediatras, fisioterapeutas, neuropsicólogos, psicólogos clínicos y terapeutas ocupacionales. Esto se lleva a cabo mediante la comunicación entre profesionales para hacer un tratamiento más global y así facilitar la eficacia y generalización de resultados.

Entrenamiento de las funciones cognitivas y desarrollo de estrategias compensatoria

Dentro de los programas de tratamiento multidisciplinar, el neuropsicólogo, después de haber realizado la respectiva evaluación neuropsicológica exhaustiva, lleva a cabo la planificación y elaboración de programas de entrenamiento de funciones cognitivas y estrategias cognitivas y desarrollo de estrategias compensatorias, adaptadas al paciente. Este entrenamiento de las funciones cognitivas y de las estrategias compensatorias, a través de técnicas cognitivas y conductuales puede suponer una mejora de la funcionalidad y rendimiento en las actividades que realizamos en nuestro día a día.

Como hemos visto, existen funciones cognitivas comprometidas en la persona con epilepsia, las cuales tienen un impacto real sobre el funcionamiento en la vida diaria de los pacientes, en actividades concretas como la conducción, bajo rendimiento académico o laboral, dificultades en la comunicación, cansancio mental, etc.

Los programas más utilizados se orientan a la mejora de la memoria al ser ésta la función más afectada en las personas con epilepsia y la que más interfiere con las actividades de la vida diaria. El procedimiento no se dirige a realizar actividades repetitivas para fortalecer la memoria sino a intentar compensar el déficit con estrategias que adapten a la persona a su funcionamiento diario. Estas estrategias combinan la introducción de ayudas externas que permiten almacenar información (agendas, diarios…) o avisar de actividades que se deben realizar (relojes de alarma, móviles…), con asociaciones mnemotécnicas que se apoyan sobre los procesos de memoria preservados. Estas actividades, que se ensayan en las sesiones de consulta, tienen que generalizarse al entorno natural del paciente, de ahí la necesidad de que sean programas individualizados y adaptados al paciente.

El objetivo y beneficio de intervención neuropsicológica en los casos de epilepsia desde la infancia en adelante es dar máximo de funcionalidad y autonomía, con el beneficio emocional que ello supone y dentro de las posibilidades de cada persona. A través del desarrollo y entrenamiento de estrategias cognitivas adaptadas al entorno y características del paciente, y de la adquisición de rutinas y hábitos aplicables en el día a día.

Actividades aplicables en el día a día

Otra de las funciones del neuropsicólogo implica la psicoeducación de los pacientes y familiares sobre la naturaleza e implicaciones de los resultados de la evaluación, el abordaje del impacto de la epilepsia en el paciente y la familia, el manejo de comorbilidades cognitivas y conductuales, teniendo en cuenta también las dificultades educativas, vocacionales y psicosociales. Las sesiones de psicoeducación también comprenden la función de dar indicaciones de cómo realizar las distintas actividades que se pueden realizar o aplicar en las rutinas diarias.

Muchas de las actividades realizadas en el entrenamiento de estrategias y de las funciones cognitivas y el uso de estrategias cognitivas, una vez debidamente entrenadas en las sesiones de tratamiento y a través de psicoeducación al familiar y paciente, se pueden realizar en casa, facilitando así la generalización de resultados. Además, muchas de esas actividades que se realizan se hacen a través del juego, siendo estas más dinámicas. Estas actividades o juegos también se pueden realizar en casa, pudiendo ser dirigido por un familiar o persona del entorno o por el propio paciente.

Seguimiento

Valoración de mejoras y alteraciones cognitivas.

Las evaluaciones neuropsicológicas en serie pueden proporcionar una herramienta invaluable para guiar y evaluarlos efectos del tratamiento, detectar cambios clínicamente significativos en la cognición o el comportamiento asociados con los cambios de medicación, o después de la neurocirugía en poblaciones adultas y pediátricas. En niños, realizar evaluaciones neuropsicológicas, en dos momentos diferentes o más podría permitir caracterizar y cuantificar dificultades y monitorear el desarrollo a lo largo del tiempo para que los tratamientos o apoyos disponibles puedan ser implementados.

Entre las áreas más susceptibles de presentar focos epilépticos se encuentran los lóbulos temporales y frontales, de ahí que los déficit más comunicados sean en memoria declarativa (verbal o visual), atención, lenguaje (reducción de la fluidez verbal y anomia) y funciones ejecutivas (memoria de trabajo, control de interferencias atencionales, razonamiento, planificación y flexibilidad, toma de decisiones).

Efectos cognitivos y conductuales atribuibles al
tratamiento farmacológico

Con frecuencia las alteraciones en atención se ven agravadas por los fármacos antiepilépticos, que también suelen afectar a la velocidad de procesamiento y producir enlentecimiento. Prácticamente todos los fármacos antiepilépticos pueden tener efectos neuropsicológicos negativos, en especial las benzodiacepinas y los barbitúricos.

Los efectos adversos cognitivos de los fármacos antiepilépticos son un problema frecuente y pueden limitar la calidad de vida global de las personas con epilepsia. Para algunos pacientes, los efectos adversos de los fármacos antiepilépticos son una gran preocupación, especialmente para los padres de los niños con epilepsia cuya atención se centra en los aspectos cognitivos y conductuales derivados del tratamiento antiepiléptico. Como ya se comentó en el capítulo 6, muchos de los antiepilépticos comercializados en la actualidad pueden afectar la función cognitiva, la conducta y el aprendizaje global. Sin embargo, esos trastornos varían en frecuencia e intensidad dependiendo del fármaco, del número de fármacos, la dosis y la manera de introducirla y las diferencias individuales en la respuesta a los fármacos.
Es necesaria la identificación de niños específicamente predispuestos a desarrollar complicaciones. Es evidente que si la conducta del niño se altera de algún modo (falta de atención, agitación, desinhibición), fármacos tales como el Fenobarbital o el Clonazepam, que comportan un riesgo especial como inductores de alteraciones conductuales, podrían intensificar el problema. De ello se deduce la importancia de una evaluación precisa de la conducta previa al tratamiento. Para asegurar la detección precoz de complicaciones, el paciente deberá controlarse periódicamente para buscar signos y síntomas de toxicidad digestiva, neurológica, cutánea, cambios sobre el humor, sueño, conducta, atención, memoria, rendimiento cognitivo, habilidad manual, etc.

Funcionalidad y autonomía.

En la mayoría de las actividades que realizamos en nuestro día a día son necesarias las llamadas funciones cognitivas, de hecho en la mayoría de los casos realizamos actividades complejas en las que hacemos uso de varias funciones cognitivas al mismo tiempo. Simplificando, como ejemplo, si vamos al supermercado, necesitamos orientarnos en el espacio, para llegar al supermercado, para hacer la lista de la compra o decidir que necesitamos comprar, hacemos uso de las funciones ejecutivas, que nos permiten tomar decisiones, planificar nuestra conducta o una tarea concreta, para acordarnos de los elementos que pone en la lista necesitamos la memoria, para encontrar estos objetos
en la estantería necesitamos atender (hacemos uso de la atención) a los distintos productos para escoger uno, y así además del lenguaje, la cognición social y demás funciones cognitivas.

El déficit en alguna de estas funciones, puede suponer una gran limitación en la realización de las actividades de la vida diaria. Con la debida evaluación, tratamiento y/o seguimiento la persona con epilepsia, se podría adquirir un mayor grado de autonomía y funcionalidad, haciendo énfasis en que este grado de autonomía y funcionalidad dependerá de cada caso.

El objetivo y beneficio de intervención neuropsicológica en los casos de epilepsia desde la infancia en adelante es dar máximo de funcionalidad y autonomía, con el beneficio emocional que ello supone y dentro de las posibilidades de cada persona.

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