Autoconcepto y autoestima en alumnado con epilepsia

Autoconcepto y autoestima en alumnado con epilepsia

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Unos de los aspectos importantes en la etapa educativa de niñas y niños con epilepsia es la construcción del propio ser, desarrollo de autoconcepto y autoestima y valía personal, todo ello íntimamente relacionado con el proceso de socialización. Si desde el entorno familiar y educativo coartamos las experiencias y vivencias del alumnado con epilepsia con otros iguales, estamos dificultando ese proceso de socialización y, por ende, el desarrollo de autoconcepto y autoestima se verá afectado.

El autoconcepto y la autoestima se entienden como una fuente de energía personal. Si no favorecemos su desarrollo, formaremos a personas sin energía, personas apáticas, sin ilusión, sin ganas de aprender en el entorno educativo y sin ganas de vivir y disfrutar de la vida a nivel general.

En el desarrollo del autoconcepto y autoestima cobra especial relevancia el llamado ‘efecto Pigmalión’ o ‘profecía auto cumplida’. Niñas y niños cumplirán las expectativas que perciban de sus adultos de referencia. Si un docente hace ver al alumnado que es capaz de conseguir el objetivo (objetivo real y adaptado a su necesidad), el alumnado lo conseguirá; sin embargo, si un docente o familiar, con sus comentarios, hace ver al alumnado y/o tutelado que no será capaz de cumplir el objetivo, la profecía se auto cumplirá. Es necesario destacar sus fortalezas, lo qué hacen bien, sus puntos fuertes y ofrecerles herramientas para mejorar sus puntos débiles.

Se debe ofrecer al hijo o hija y/o alumnado con epilepsia información acerca de su enfermedad, una perspectiva constructiva, realista y no alarmista. Tratar la enfermedad desde un enfoque positivo; hacer a la persona partícipe de sus revisiones y evolución. Cuando manifieste una crisis de epilepsia, tras su recuperación, explicarle qué ha sucedido y si hubo algún desencadenante. Favorecer la autogestión de la propia enfermedad.

Si la persona con epilepsia presenta una discapacidad asociada, explicarle qué significa. En la actualidad, numerosos colectivos que trabajan en aras de las personas con discapacidad están sustituyendo el concepto de discapacidad por el de diversidad funcional.

Se debe hacer a la persona con epilepsia partícipe de su enfermedad y de su vida; favorecer la autonomía e independencia del alumnado e hija o hijo con epilepsia; no tomar decisiones por ellos; trabajar la autodeterminación.
Propiciar la relación de la persona con epilepsia con sus iguales; no limitar la relación con iguales en el contexto educativo; favorecer la participación en talleres y actividades en horario de tarde; ayudar a la persona en cuestión a tener varios grupos de referencia en diferentes contextos.

Para concluir, tanto familia como comunidad educativa deberá favorecer que la persona con epilepsia viva su enfermedad con naturalidad.

Actividades escolares

Como ya se ha comentado los niños con epilepsia deben estar integrados en todas las actividades escolares dentro de sus posibilidades y es fundamental la relación entre la familia y el profesorado.

La seguridad de los alumnos siempre es una prioridad en los centros educativos y por supuesto lo es cuando tenemos un alumno con epilepsia en el aula. Algunas pautas son muy sencillas, como sentar al alumno con epilepsia en un sitio donde haya espacio y no haya objetos con los que se pueda dañar en caso de caída al suelo (radiadores). También tenemos que tener una especial atención en aquellas asignaturas como tecnología o prácticas de laboratorio que pueden implicar el uso de objetos punzantes, herramientas o maquinarias.

Educación Física

Al igual que la actividad intelectual, es importante mantener la actividad física adecuada a las características de este colectivo. Esta asignatura tiene gran importancia en el desarrollo del alumno a muchos niveles: desarrolla destrezas motoras, cognitivas, afectivas y sociales y por lo tanto el alumno con epilepsia no debe ser privado de esta
asignatura.

La actividad física mejora el estilo de vida de las personas con epilepsia, tiene un efecto preventivo ya que disminuye el nivel de ansiedad y las crisis epilépticas suelen producirse cuando el niño está inactivo.

Los deportes más aconsejables son los colectivos, ya que facilitan la integración social. El sentido común es el que debe dictar las restricciones y las medidas de seguridad para disminuir los riesgos.

 

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